jueves, diciembre 27, 2007

Escasez de gas natural III


Según el magnífico estudio del Geólogo Euarn Mearns sobre el mercado europeo del Gas Natural, publicado en http://www.theoildrum.com/, la producción del gas natural en este continente parece que alcanza su cenit histórico en el año 2008, para comenzar un importante declive que llevaría a la Europa occidental – y a sus economías más importantes, como la alemana y británica - a más que duplicar sus importaciones (que ya alcanzan al 45% de su consumo) de este combustible fósil para el año 2020. La pregunta que se hace el experto es de dónde importará Europa ese Gas, y cómo competirá con los otros grandes consumidores – e importadores - del Mundo: EE.UU., que precisaría de crecientes porcentajes de importación de este combustible del exterior habida cuenta del declive del gas natural de su principal proveedor, Canadá; y Japón, cuya dependencia del exterior es absoluta.

La producción de los países europeos de la OCDE se encuentra en declive en los importantes productores Reino Unido y Países Bajos, no así en Noruega, que alcanzaría el comentado cenit durante el año 2008. Según el geólogo, existe el mito de que los declives locales serán compensados con la producción creciente por parte de Rusia. Sin embargo, al parecer, sus tres yacimientos de gas más importantes se encuentran en declive. Por otro lado, tanto Rusia como Argelia, Egipto y Libia están incrementado su consumo doméstico, lo que permite calcular que la expansión de sus exportaciones, además de por factores geológicos de cenit, se frenará por una mayor tasa de consumo de recursos en el interior de esos países, todos ellos muy alejados del consumo per capita de los Estados ricos.

Mearns cuestiona que se pueda mantener el espectacular incremento de consumo de Gas Natural en la OCDE en los próximos años, por diferentes motivos, como hemos dicho: declive de productores europeos, decrecimiento en las exportaciones a medio plazo de los productores del Magreb, declive de los grandes yacimientos en Rusia (así como importante crecimiento del consumo interior en este país), y enorme concentración de las reservas en sólo tres países: Irán, Qatar y la misma Rusia, ésta última haciendo uso de forma creciente del arma del “corte de suministro” para incrementar el precio de la exportación de este valioso producto, sobre todo para su uso en zonas de clima inhóspito en invierno. El también geólogo Jean Laherrere estima, también para Rusia, que su cenit de producción está teniendo lugar durante el próximo lustro, para entrar en declive posterior, habida cuenta del cenit de descubrimientos en los años 70. Muy por detrás se sitúa la producción argelina, para la que el mismo Laherrere estima un incremento en su volumen hasta la primera mitad de la próxima década.

En total, por parte de los países productores del norte de África (Libia, Egipto y Argelia), Mearns estima un cenit de exportación de gas sobre el año 2015, para declinar posteriormente. Parece ser que ni Nigeria ni Qatar (que ha decretado una moratoria en la extensión de sus infraestructuras gasísticas de exportación) pueden ayudar a seguir manteniendo el importante incremento de cerca del 3% anual del consumo de Gas Natural en las últimas décadas en los países de la OCDE.

Esta situación – de límites en los ritmos de crecimiento – se topa igualmente con los límites de disponibilidad de gas natural licuado, a partir de grandes gaseros. El experto portugués Luis de Sousa ha estimado que para poder incrementar la importación de Gas Natural Licuado de países de Oriente Medio o el Golfo de Guinea, prácticamente sólo Europa tendría que duplicar el número de buques metaneros, con el objetivo de atender la demanda a finales de la próxima década, lo que sitúa como uno de los problemas más graves la puesta en marcha de toda esa gran infraestructura, de forma competitiva con otros destinos, más aún teniendo en cuenta el carácter muy estacional del consumo del gas natural, coincidiendo con una de las prioridades del Gas Natural para los próximos años, que será la atender los consumos prioritarios, sobre todo los derivados de la calefacción.

En ese escenario, resulta difícil entrever que la creciente demanda de gas natural licuado pueda ser atendida por una oferta que, aunque pueda crecer durante algunos años más, ya está dando señales de llegar al límite y, en todo caso, forzará, como ya ha ocurrido en Europa en el último año, a reducir el consumo para adaptarse a una era en la que, definitivamente, será la oferta de este combustible la que determine para siempre la demanda.

Ver informe citado del Mercado de gas europeo: The European Gas Market

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