martes, septiembre 02, 2008

Empleo en Tenerife: perspectivas ante la crisis


La población ocupada de Tenerife ha pasado de 160.492 personas en el año 1986, a las 365.985 en el año 2007. Esto es, en dos décadas se ha incrementado en un 128%, a razón de un crecimiento promedio del 4% anual. La pregunta obligada ante esa evolución es: ¿se podrá mantener ese ritmo de incremento anual de la creación de empleo?

Empleo en Tenerife: algunas observaciones desde la gestión de los recursos naturales.

Desde Enero de 2007 a mayo de 2008, el desempleo entre españoles residentes en Tenerife ha subido un 43%. El de los extranjeros, un 52%. (Fuente: Paro Registrado, Inem. Elabora: Obecan).

A. La evolución y especialización de la economía y el empleo en Tenerife.

La población ocupada de Tenerife ha pasado de 160.492 personas en el año 1986, a las 365.985 en el año 2007. Esto es, en dos décadas se ha incrementado en un 128%, a razón de un crecimiento promedio del 4% anual.

Esta evolución ha venido dada por el crecimiento económico insular, que se puede observar también en el incremento de otras variables. Así:

- El consumo de energía eléctrica (en Mw/h.) pasó de los 1.233.696 a los 3.034.003, en el periodo 1991-2005: un 145% de crecimiento en 14 años, con una tasa promedio anual del 6,7%. Entre los años 1991 y el año 2005, el número de abonados al servicio de energía eléctrica se incrementó en un 50% (de 280.609 a 421.901). Estos dos datos, combinados, reflejan el incremento del consumo eléctrico medio por abonado.
- El consumo de productos petrolíferos para el mercado interior (transporte terrestre y centrales térmicas, fundamentalmente), pasó de las 503.945 toneladas en el año 1985 a las 1.578.291 en el año 2005, es decir, un 213% de incremento en 20 años, triplicándose el consumo total, a razón de un 5,8% anual de promedio.
- El parque de vehículos insular pasó de las 280.509 unidades en el año 1989 a las 575.862 del año 2003, es decir, un 105% más (se duplica) en 14 años. Creció, por tanto, un 5,2% anual de media[1].

Estos crecimientos exponenciales – que implican “aceleración” del modelo económico, por su propia configuración, exigen cada vez más velocidad para mantener el modelo que los sustenta. Así, el territorio con mayores incrementos de consumo y demás variables, si quiere mantener ese ritmo – y evitar así entrar en una situación de desaceleración o crisis – debe ser capaz de, insistimos, con carácter creciente, acelerar en la producción de todas sus variables. El modelo económico que sustenta nuestra sociedad es, precisamente, el del crecimiento (exponencial) anual del PIB, como agregado económico que permite calibrar la salud de una economía según el porcentaje de ese crecimiento.

Como se ha dicho, el citado modelo se basa en la fórmula de “crédito-deuda con intereses”, según el cual se presta a un determinado tipo de interés para devolverlo en el futuro, junto al principal, precisamente porque se ha crecido de forma exponencial.

El modelo de crecimiento exponencial no es posible mantenerlo de forma infinita, en un espacio finito. Así, si se mantuvieran los porcentajes anuales de crecimiento antes mencionado, nos encontraríamos con que Tenerife, por ejemplo, en el año 2020:

- consumiría 3.104.667 toneladas de productos petrolíferos para su mercado interior, un 100% más que en la actualidad, en tan sólo 12 años.
- la isla tendría 1.363.282,93 vehículos en el año 2020, más que duplicando su cifra actual.
- tendría una población activa de 609.391, casi un 80% más que en el año 2007.

Parece lógico pensar que la evolución – extraordinaria – de la economía y empleo insulares no se podrá mantener sine die, y que en algún momento la misma se frenará. Este freno podría venir dado por algún límite en el desarrollo de los elementos que han permitido el desarrollo citado. En el caso de la economía tinerfeña y canaria, ha sido la expansión económica mundial de los años 80 y 90 la que ha permitido, con una abundancia de recursos a bajos precios, alcanzar cotas de crecimiento importantes.

La pregunta que nos debemos hacer es si esos porcentajes de crecimiento se podrán mantener, porque, a resultas de él, con el mismo modelo económico, se mantendría el ritmo de creación de empleo. En caso contrario, esto es, si no se lograra mantener esa tasa de crecimiento, habría que modificar el modo en que se genera empleo o cómo se mantiene el actual.

Entonces, para poder hacer una evaluación de las perspectivas del empleo en la isla de Tenerife, en el contexto de una elaboración de su Plan Territorial, debemos tener en cuenta un factor esencial: la economía de la isla – y, por tanto su empleo - está fuertemente globalizada, lo que exige un análisis de los escenarios de la situación global (en todos sus aspectos) para evaluar posibles perspectivas en el mercado del empleo insular. La globalización, en el caso de Tenerife y Canarias, implica la importación de la práctica totalidad de los bienes de equipo, combustible, alimentos, el mismo crédito financiero, así como el funcionamiento de una economía en expansión, de la economía turística que posibilita los ingresos que provienen de los turistas, etc.

B. ¿Qué factores debemos tener en cuenta en un análisis de las perspectivas de empleo en Tenerife? Elementos exógenos.

Las tres crisis (Ignacio Ramonet, en El País: Las tres crisis) financiera, energética y alimentaria. De forma complementaria, factores de enorme importancia en la gestión de los recursos naturales (usos del suelo, agua, combustibles fósiles, minerales, etc.) se han conjurado con la puesta en cuestión de la economía financiera de crédito fácil y globalizado que generó su propio mercado del dinero. Estos elementos, por tanto, están incidiendo en el conjunto de la economía global, en forma de:

Una energía (especialmente para el transporte) con tendencia al encarecimiento progresivo:

La globalización es, esencialmente, el uso de un importante aporte de energía fósil (recurso natural finito) para el funcionamiento del transporte. El Mundo usa diariamente más de la mitad del petróleo que extrae (unos 86 millones de barriles) para poder alimentar los diferentes modos de transporte. El precio del petróleo se ha multiplicado por seis en el periodo 2002-2008, incrementándose en un 30% anual desde ese primer año. Ya se están comprobando, en todos los tipos de movilidad, los efectos del encarecimiento del crudo, que mueve más del 95% del transporte mundial.

Una financiación que disminuye, ante la pérdida de confianza en el crecimiento:

Las economías afrontan un “endurecimiento de las condiciones del crédito” que se achaca, en el entorno europeo, a la falta de confianza en la devolución de los préstamos, y en la falta de liquidez por parte del Banco Central Europeo. En la permanente lucha contra la inflación, que alimenta los peores recuerdos políticos de la historia alemana, se frena la concesión de créditos que alimentan una burbuja económica con escaso soporte real, como es el caso del fenómeno de la especulación inmobiliaria. El préstamo fácil se está frenando (Banco de España: “se ha frenado la liquidez”). La economía española, canaria y tinerfeña, que se había especializado en el sector de la construcción en buena medida, está sufriendo de forma importante este cambio en la situación financiera.

Las economías desarrolladas están entrando en recesión:

Varios países europeos están entrando en recesión económica (Italia entra en recesión), Dinamarca, en recesión), y es previsible que España y otros países (Irlanda, Gran Bretaña, etc.) también se encuentren en esa situación en poco tiempo. El escenario económico es de destrucción de empleo, alta inflación e incertidumbre sobre la “salida” de esa situación.

Una pugna mundial por los recursos:

La situación de abundancia generalizada de recursos en los países más ricos esconde una gestión cada vez más conflictiva por los recursos, desde los energéticos a los alimentarios, pasando por los minerales. Especialmente significativa es el incremento de la demanda de los llamados “países emergentes”, o los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), con tasas de crecimiento de hasta dos dígitos. También en el caso de los países exportadores de crudo, existe un importante crecimiento económico y del uso de recursos. Por último, en general el incremento de la población (más de 70 millones de personas al año) está generando importantes retos de distribución y suministro de bienes esenciales a una población que ya es más urbana que rural en el conjunto del Planeta.

C. ¿Qué empleo para Tenerife en los próximos años?

¿Hasta qué punto la actual crisis económica en la que están entrando las economías desarrolladas es un punto de inflexión en el modelo de desarrollo de las últimas décadas? ¿Se trata de una crisis puntual, que permitirá de nuevo despegar con crecimientos exponenciales en un futuro próximo? ¿Es simplemente una crisis crediticia de corto alcance, o el cuestionamiento de la aceleración del crecimiento?

Las economías tienen a expandirse, y algunos países mantienen aún un vigoroso crecimiento, aunque con ratios de consumo todavía muy inferiores a las de los países desarrollados. Los límites al crecimiento vendrán dados, probablemente, y en última instancia, por los límites energéticos y de disponibilidad de recursos físicos o, al menos, de la fluidez suficiente de éstos para alimentar la demanda mundial.

Existen algunos indicadores físicos de creciente tensión por esos recursos, como se ha dicho. Las perspectivas de creación de empleo en el futuro tienen mucho que ver con los mismos, y todos los sectores de mayor creación de empleo.

En la medida en que la economía insular contemple estos análisis de perspectivas de deterioro económico y de acceso a los recursos naturales, tendrá mayor capacidad para afrontar los retos que esa situación plantea, en absoluto sencillos, pero parece que inevitables.

Obviar los límites del modelo de desarrollo de crecimiento exponencial implicaría, probablemente, generar mayores expectativas de crecimiento – planificar para incrementos cada vez mayores – cuando la realidad física – y económica – puede frustrar esa planificación.

Por último, la adaptación del empleo a un entorno de mayor pugna por recursos con mayor grado de escasez, será más traumática en la medida en que se considere viable mantener el actual modelo de crecimiento exponencial que, en última instancia, acelera igualmente la llegada a los límites del modelo de desarrollo insular.